En el quehacer propio de la investigación y, por supuesto, de la actividad de asesoría y tutoría se observa una tendencia recurrente y preocupante a diseñar y construir nuevos instrumentos de recolección de datos cada vez que se hace una investigación, sin antes emprender una búsqueda exhaustiva y crítica de los instrumentos ya existentes, validadas y publicadas que aborden el mismo evento de estudio.
Este proceder, con frecuencia está motivado por una falsa noción de originalidad o por la percepción (no siempre justificada) de que el contexto a investigar es tan único, original y diferente, que requiere un instrumento totalmente nuevo. Sin embargo, lejos de ser una muestra de innovación, esta práctica frecuentemente conduce a la proliferación exagerada de instrumentos que miden, esencialmente, lo mismo, pero con una calidad metodológica, en muchos casos, deficiente, dado que se construyen con premura por la urgencia de entregar el trabajo de investigación, con escasos conocimientos de ingeniería de instrumentos, y con procedimientos de validación muy elementales y no siempre ejecutados adecuadamente.
¿Cuáles son las consecuencias de «reinventar la rueda» instrumental constantemente?
- Duplicación ineficiente de esfuerzos: El diseño riguroso y la validación de un instrumento de investigación es una tarea compleja, que consume tiempo y requiere conocimientos especializados. Crear uno nuevo desde cero cuando existen alternativas válidas es un desperdicio de recursos valiosos –tiempo del estudiante, del tutor, y recursos institucionales– que podrían invertirse en fortalecer otros aspectos de la investigación, como la fundamentación teórica, el análisis o la discusión, o incluso aprovecharse para hacer investigaciones de mayor complejidad.
- Instrumentos de calidad cuestionable: La mayoría de los instrumentos creados «ad hoc» para un único estudio rara vez pasan por el proceso completo y riguroso de validación que caracteriza a los instrumentos publicados y estandarizados. A menudo se omiten o se realizan superficialmente la construcción de la tabla de operacionalización y de especificaciones, la validación por expertos, los análisis factoriales para la validez de constructo, los estudios de confiabilidad, o la comparación con criterios externos. El resultado son herramientas de medición cuya calidad métrica es desconocida o sospechosa, lo que inevitablemente contamina la calidad de los datos recolectados.
- La dificultad para comparar hallazgos: Si cada investigador utiliza una «regla» diferente para medir el mismo concepto, ¿cómo se podrían comparar hallazgos entre estudios? ¿Cómo se podrían realizar meta-análisis significativos para sintetizar la evidencia? La proliferación de instrumentos no estandarizados fragmenta el conocimiento, dificulta el diálogo científico e impide construir una comprensión más amplia y generalizable de los eventos estudiados.
- Falsa especificidad: Si bien algunos contextos requieren instrumentos especiales, muchas veces las diferencias son menores y podrían abordarse mediante una adaptación cuidadosa y validada de un instrumento existente. Crear un instrumento totalmente nuevo a menudo no aporta una especificidad real que justifique la pérdida de comparabilidad entre resultados y la incertidumbre sobre su calidad.
El camino metodológicamente recomendable
El procedimiento a seguir antes de tomar la decisión de diseñar un nuevo instrumento de recolección de datos para la investigación sería el siguiente:
- Priorizar la búsqueda exhaustiva: Antes de siquiera pensar en redactar una pregunta, es importante asumir y promover en los estudiantes el hábito de realizar una búsqueda sistemática y amplia en bases de datos científicas, repositorios de instrumentos y literatura especializada para identificar instrumentos existentes que midan el evento de estudio de interés.
- Analizar lo existente: Una vez identificados, los instrumentos deben ser evaluados rigurosamente en cuanto a su pertinencia conceptual, la similitud de la población para la que fueron validados, y, sobre todo, la calidad de sus propiedades psicométricas (validez, confiabilidad) documentadas.
- Adaptar si se requiere: Si un instrumento existente es prometedor, pero requiere ajustes al contexto local (lingüísticos, culturales), la adaptación debe seguir procedimientos metodológicos estrictos, y se debe considerar, incluso, la revisión semántica, el ajuste del nivel de complejidad de los ítems y la pertinencia con el contexto. En algunos casos es necesario repetir las pruebas de validez y confiabilidad
- Crear solo cuando sea justificado y con los conocimientos necesarios: La creación de un instrumento nuevo debe ser la última opción, reservada para cuando no existan alternativas viables, se explore un constructo completamente nuevo o se esté trabajando con un concepto particular del evento que no concuerda con los instrumentos existentes. Y si se toma este camino, debe hacerse con plena conciencia de la complejidad que implica y es necesario comprometerse a desarrollar un proceso de diseño y validación completo y riguroso, suficientemente documentado.
Como tutores, profesores de metodología e investigadores, tenemos la responsabilidad de promover activamente esta secuencia lógica y rigurosa. Debemos guiar a los estudiantes en la búsqueda y análisis de instrumentos, reflexionar acerca de la necesidad de crear nuevos instrumentos sin justificación suficiente, y exigir la máxima rigurosidad metodológica y psicométrica tanto en la adaptación como en la creación.