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La inconveniencia de utilizar la tabla de Benjamín Bloom para formular objetivos de investigación 

Jacqueline Hurtado de Barrera

Marzo 2024

La formulación de objetivos de investigación es un tema reciente en el campo de la metodología, si se compara con la antigüedad de modelos epistémicos como el empirismo, y el positivismo, entre otros. Los primeros teóricos que desarrollaron diferentes escritos acerca de la metodología de la investigación, y que generalmente se concentraban en describir las etapas del método hipotético deductivo del positivismo –denominado método científico-, no hablaban de objetivos de investigación, puesto que el componente que guiaba todo el proceso metodológico era la hipótesis, y para el positivismo la investigación tenía un único objetivo: verificar las hipótesis que podrían dar soporte o refutar las teorías de las cuales se derivaban (Kerlinger, 1981; Arnau, 1980; Craig  y Metze, 1982; Festinger y Katz, 1978; Mc Guigan, 1978).

En la medida que los investigadores fueron incorporando otros tipos de investigación y se fueron difundiendo otros modelos epistémicos que no formulaban hipótesis, surgió la necesidad de formular objetivos de investigación. Sin embargo, en la literatura metodológica existía un vacío importante con relación a la formulación de objetivos. De hecho, aún en los textos más actuales, en los textos que incorporan este tema –no todos los autores hablan de objetivos de investigación-, a este aspecto se le suele dedicar espacios que varían desde media página hasta dos o tres páginas, y que no abarcan toda la información necesaria para poder formular los objetivos adecuadamente. Esta situación ha generado múltiples confusiones y, en especial, una serie de mitos y extrapolaciones de otras disciplinas, como formas de solventar el vacío de información, pero que al final han resultado perjudiciales y han ocasionado errores que merman la calidad metodológica de los trabajos de investigación. 

Una de las confusiones más comunes que se ha generado como resultado de la falta de conocimiento es la extrapolación de algunos contenidos de la educación al campo de la metodología, como es el caso de la confusión entre objetivos instruccionales y objetivos de investigación, y el consecuente uso de la taxonomía de Bloom (1972), para formular estos últimos.

En este sentido, es importante señalar que, aunque los objetivos de investigación implican la generación de conocimiento, no todos los objetivos vinculados al conocimiento son de investigación. Así, algunas veces se confunden los objetivos instruccionales con objetivos de investigación, dado que ambos procesos trabajan con el conocimiento. Sin embargo, los objetivos instruccionales están dirigidos a que los aprendices adquieran un cierto conocimiento, o desarrollen algunas destrezas como parte de su formación, mientras que los objetivos de investigación implican la generación de un conocimiento nuevo. 

Un aspecto que puede resultar parecido entre la taxonomía de Bloom y la jerarquía de verbos que propone la comprensión holística de la ciencia (Hurtado de Barrera, 1996; 2012a; 2012b; 2015) para formular los objetivos de investigación, es que ambos implican niveles del conocer, de manera que cada nivel implica procesos cognitivos diferentes. Sin embargo, esta jerarquía es diferente para ambos.

En la taxonomía de Bloom se proponen seis grados de complejidad, mientras que en la espiral de conocimiento de la comprensión holística se desarrollan 10 grados de complejidad. En la taxonomía de Bloom el análisis y la síntesis están después de la aplicación, mientras que en la espiral holística el análisis y la síntesis hacen parte de un mismo proceso, y están mucho antes de la aplicación. 

Por otra parte, la taxonomía de Bloom fue diseñada para desarrollar objetivos de aprendizaje y no de investigación, por lo tanto, algunos verbos que pueden ser aceptables como objetivos de aprendizaje, en el caso de la investigación constituyen actividades y no objetivos.

Infograma 1.Alginos verbos de la tabla de la taxonomía de Bloom

Conocimiento Comprensión Aplicación Análisis Síntesis Evaluación
EnumerarDescribirEscribirMemorizarPrecisar.Identificar.Ordenar.Seriar.Exponer DescribirComentarConsiderarResumirExplicarPrecisarIdentificarOrdenarSeriar Calcular IlustrarDemostrarReplantearDeterminarComprobarEjemplificarUtilizarPracticar ClasificarDebatirContrastarDiscutirCompararArgumentarDiagramarInferirDestacar ConcluirCondensarAgruparCrearIntegrarProponerDiseñarResumirDefinir CalificarOpinarValorarContrastarJustificarContrastarApreciarDiscriminarFundamemtar

En el Infograma 1, los verbos resaltados no corresponden a objetivos de investigación, sino a actividades. Por ejemplo, escribir no es un objetivo de investigación, pues no implica un logro de generación de conocimiento nuevo por medio de la indagación. En todo caso sería una actividad, puesto que, en un proceso de investigación, el investigador debe escribir permanentemente y elaborar su informe. Sin embargo, en el contexto educativo, el hecho de que un niño aprenda a escribir es un logro importante en cierto nivel. Igualmente, comentar, memorizar, calcular, tampoco corresponden a objetivos de investigación, aunque si pueden ser objetivos de aprendizaje en ciertas etapas de la escolaridad.

Así mismo, algunos verbos se repiten en varios niveles; por ejemplo, describir se encuentra en el nivel conocimiento y también en el nivel comprensión lo que no debería ocurrir. En la jerarquía de los objetivos de investigación cada verbo corresponde a un sólo nivel, a menos que se trate de los verbos comodines, que son verbos especiales cuyo significado cambia con el resto de la oración.

Por último, en el infograma 1, algunos verbos no corresponden al nivel en el cual están, por ejemplo, comparar se encuentra por encima de explicar, y describir y explicar se encuentran en el mismo nivel. Visto lo anterior, queda en evidencia que la taxonomía de Bloom no es apropiada para formular objetivos de investigación.

 

Referencias

Arnau, Jaime (1978). Psicología experimental, un enfoque metodológico. México: Trillas.

Blom, Benjampin y cols (1974). Taxonomía de los objetivos de la educación. La clasificación de las metas educacionales. Editorial El Ateneo

Craig, J. R.  y Metze, L. P. (1982). Métodos de la investigación psicológica. México: Nueva Editorial Interamericana.

Festinger, y Katz, (1978). Los métodos de investigación en las ciencias sociales. Buenos Aires: Paidós.

Hurtado de Barrera, Jacqueline. (2012a). Cómo formular objetivos de investigación. Caracas, Venezuela: Quirón-Sypal. 

Hurtado de Barrera, Jacqueline. (2012b). Metodología de la investigación. Guía para una comprensión holística de la ciencia. Caracas, Venezuela: Quirón-Sypal. 

Hurtado de Barrera, Jacqueline. (2015). El proyecto de investigación. Caracas, Venezuela: Quirón-Sypal.

Kerlinger, Fred. (1975). Investigación del comportamiento, Técnicas y metodología. México: Nueva Editorial Inateramericana.

Mc Guigan, F, J. (1971). Psicología experimental. Enfoque metodológico. México: Trillas.

 

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