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Una década en espera: La odisea de concluir una investigación – No me hables de la tesis

Arrancar con una tesis es como embarcarse en una odisea llena de entusiasmo y expectativas. Pero, ¿qué sucede cuando esa travesía académica se prolonga más allá de lo esperado, y se conviertie en un maratón de resistencia y paciencia? En el quinto episodio del revelador podcast «No me hables de la tesis», desentrañamos esta realidad junto a Jimena, una arquitecta cuya aventura doctoral en educación se ha estirado por una década. Acompáñame mientras desmenuzamos su experiencia y extraemos lecciones vitales para aquellos valientes investigadores que, como Jimena, se encuentran en la lucha por conquistar la meta de su investigación.

El caso de Jimena no es único; su historia resuena con la de muchos otros investigadores que, debido a una mezcla de obstáculos personales, institucionales y metodológicos, ven su camino hacia la graduación prolongarse de manera inesperada. Su testimonio inicia con el recuerdo de un proceso marcado por la incertidumbre, una tutoría desalineada con su campo de estudio, y una falta de dirección clara que dejó a su proyecto sin rumbo. Jimena relata cómo la incompatibilidad de conocimientos de su primer tutor y la falta de revisión estructurada retrasaron su progreso hasta el punto de que, incluso cuando avanzaba a etapas críticas como el desarrollo metodológico, se encontraba atrapada en un laberinto de confusiones teóricas y prácticas.

La situación empeoró cuando el tutor asignado fue desvinculado de la universidad, y un nuevo asesor tomó el relevo, solo para perpetuar un ciclo de desinformación y frustración. Jimena, con valentía, destaca la importancia de tener un tutor que, además de conocimiento, posea la humildad de aprender y crecer junto al investigador. Ella subraya cómo las actitudes defensivas y la falta de admisión de errores por parte de los tutores no solo estancan el proceso de investigación, sino que también infligen un daño emocional en el tesista.

Afortunadamente, la perseverancia de Jimena la llevó a solicitar un cambio de tutor, un paso que se reveló como un giro vital en su proceso doctoral. Este nuevo tutor, con una perspectiva más holística y un enfoque colaborativo, permitió que Jimena encontrara claridad y dirección en su investigación. La lección aquí es clara: la transdisciplinariedad exige flexibilidad y apertura por parte de los tutores, y cuando estas cualidades están ausentes, la investigación puede estancarse.

Para aquellos valientes exploradores del ámbito académico que se encuentran navegando las turbulentas aguas de una tesis prolongada, aquí hay algunos consejos claves para mantenerse a flote y, finalmente, alcanzar la deseada orilla de la graduación:

  • Reevaluar el enfoque: Si sientes que tu investigación ha perdido dirección, es esencial hacer una pausa y reevaluar. Considera si tu pregunta de investigación sigue siendo relevante y si tu enfoque metodológico es sólido. No tengas miedo de hacer ajustes; a veces, un ligero cambio de dirección puede hacer una gran diferencia.
  • Comunicación efectiva con tu tutor: La relación con tu tutor es crucial. Debe ser una vía de doble sentido, donde puedas expresar tus preocupaciones y recibir orientación pertinente. Si sientes que no estás obteniendo el apoyo que necesitas, busca cambiar la dinámica o considera la posibilidad de cambiar de tutor.
  • Gestión del tiempo y planificación: La procrastinación y la mala gestión del tiempo son enemigos comunes. Crea un calendario de trabajo realista, establece objetivos semanales y mensuales, y mantén un registro de tu progreso. Utiliza herramientas de gestión de proyectos si es necesario para mantener todo organizado.
  • Apoyo emocional: No subestimes el impacto emocional de una tesis prolongada. Busca redes de apoyo, ya sean colegas, amigos, grupos de apoyo académico o un terapeuta. Hablar de tus desafíos puede ofrecerte nuevas perspectivas y aliviar la carga emocional.
  • Capacitación continua: A veces, los obstáculos surgen de lagunas en nuestros conocimientos o habilidades. No dudes en buscar cursos adicionales, talleres o seminarios que puedan complementar tu formación y proporcionarte nuevas herramientas para tu investigación.
  • Auto-cuidado: La salud mental y física puede deteriorarse si te encuentras bajo un estrés constante. Prioriza el auto-cuidado: duerme lo suficiente, come bien, haz ejercicio y toma descansos regulares para recargar energías.
  • Adaptabilidad y resiliencia: Ser capaz de adaptarse a nuevos retos y recuperarse de los contratiempos es esencial. La resiliencia te permitirá enfrentar las dificultades con una mentalidad más fuerte y flexible.
  • Escritura constante: La escritura es una habilidad que mejora con la práctica. Escribe a diario, aunque no te sientas completamente satisfecho con lo que produces. La escritura constante mantiene el flujo de ideas y facilita la claridad conceptual.
  • Celebra los pequeños logros: En un proceso largo, es fácil pasar por alto los pequeños éxitos. Reconócelos y celébralos; te ayudarán a mantener la moral alta y a recordar que cada paso te acerca más a tu objetivo final.

Finalmente, para todos aquellos que se sienten varados en el océano académico, recuerden que el cambio y la adaptación son aliados en el camino hacia la culminación de sus proyectos de investigación. No teman pedir ayuda o replantear su curso cuando las aguas se tornean turbulenta

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