En este post se reflexiona sobre la resistencia y se apela a metáforas propias de la física eléctrica, la neurociencia, el arte y el deporte, para discutir la ubicación de la resistencia en la investigación y la importancia que tiene que el investigador la reconozca y la calibre para su beneficio y el de su estudio.
La luz debida a la resistencia
En un circuito eléctrico, las resistencias son fundamentales porque controlan el flujo de corriente, y en dispositivos como la bombilla incandescente, la resistencia del filamento genera calor, que luego se emite en forma de luz visible (Edison, 1880).
En el caso del cerebro humano, la información, desde el punto de vista neurocientífico, fluye a través de redes neuronales (Hebb, 1949) y la resistencia cognitiva es la capacidad del cerebro para alejar distracciones, mantener la atención en una tarea específica y perseverar en la resolución de problemas complejos. La resistencia cognitiva es fundamental para la creatividad porque permite que el cerebro se concentre en la tarea de conducir la información, generar ideas o soluciones innovadoras y evitar que la mente divague o se rinda ante la frustración (Dietrich, 2004; Goldberg, 2001).
La luz, en el arte y en el deporte, está asociada a la ejecución perfecta del artista y también del deportista, la jugada maestra, el “clutch” o el flow vinculado a la resistencia que estos han conquistado, referida según Matveev (1981) a la posibilidad del organismo para evitar sucumbir ante la fatiga durante actividades de larga duración y no solo la capacidad aeróbica y anaeróbica, sino también la psicológica para perseverar ante el cansancio y el dolor.
La resistencia del investigador se refiere a la capacidad de los académicos y científicos para perseverar ante los desafíos, contratiempos y dificultades inherentes al proceso de investigación. El concepto de resistencia en la investigación va más allá de la mera persistencia; involucra la capacidad de adaptarse a condiciones adversas, cuestionar sus propias suposiciones y metodologías, y mantener la motivación y el enfoque a lo largo de proyectos prolongados y a menudo inciertos.
La resistencia intelectual y emocional
Bourdieu (2001) discute la resistencia intelectual del investigador en el contexto de su capacidad para sostener una visión crítica y reflexiva ante los paradigmas establecidos. La resistencia intelectual implica cuestionar constantemente las bases epistemológicas de los conocimientos adquiridos, manteniendo una actitud de escepticismo constructivo que permite avanzar en el conocimiento sin caer en el dogmatismo. Esta resistencia potencia la capacidad para sostener un criterio propio -que tiene lógica y argumentación- frente a los embates de quienes quieren llevar al investigador por un camino que no corresponde.
Por su parte, Popper (1959), -a través del concepto de falsabilidad- argumenta que los investigadores deben resistirse a aceptar sus propias teorías como verdades absolutas y, en cambio, deben estar siempre dispuestos a someterlas a pruebas rigurosas que puedan refutarlas. Esta resistencia intelectual se relaciona con la disposición de los investigadores para aceptar la incertidumbre y la posibilidad de error, una postura que es esencial para el avance científico.
Kuhn (1962) destaca que el progreso científico no es lineal y que los investigadores a menudo enfrentan períodos de crisis paradigmática donde las teorías existentes son cuestionadas y surgen nuevas preguntas.
Barrera (2010) se resiste a la gravedad intelectual y el peso de los paradigmas en el pensamiento de los investigadores, para insistir en la libertad humana de pensar y propone desafiantes interrogantes que permiten la abstracción racional a partir del reconocimiento de los que denomina modelos epistémicos, entendidos como “representaciones conceptuales sobre las cuales se soporta el pensamiento” (p. 28):
¿Qué conoce el conocedor? ¿La realidad, o la geografía que sólo el mapa presenta? ¿Es acaso el mapa conceptual fiel reflejo de la geografía epistémica? ¿Es el recorrido del conocimiento una réplica formal de lo que el mapa presenta? ¿Es posible salir del mapa conceptual a fin de precisar otra geografía epistémica distinta a la del mapa? (p. 14).
La resistencia del investigador también tiene una dimensión emocional, que implica la resiliencia para enfrentar el rechazo, las críticas y los fracasos que son comunes en el proceso de investigación. Bochner (2001) aborda la resistencia del investigador desde la perspectiva de la autoetnografía, y destaca cómo los investigadores deben resistir el impulso de conformarse con narrativas simplistas o lineales de sus propias experiencias y, en cambio, comprometerse con una representación compleja y matizada de sus trayectorias intelectuales y emocionales.
La resistencia metodológica
La resistencia del investigador también puede entenderse en términos de resistencia metodológica, que implica la capacidad de persistir en la búsqueda de métodos adecuados para abordar preguntas de investigación complejas.
Para Creswell (2014) los investigadores deben resistir la tentación de elegir técnicas de investigación en función de la conveniencia o la tradición, y en su lugar deben comprometerse con un proceso reflexivo, que considere cuidadosamente las mejores herramientas para responder a sus preguntas de investigación.
Feyerabend (1975) plantea una visión más radical de la resistencia metodológica, sugiriendo que los investigadores deben estar dispuestos a desafiar los métodos establecidos y explorar enfoques innovadores y no convencionales. Feyerabend critica la rigidez metodológica y aboga por un pluralismo metodológico, donde la creatividad y la flexibilidad son tan importantes como el rigor.
De Hurtado de Barrera (2012) se deduce la resistencia a la ignorancia, pues invita al investigador a informarse, prepararse y apelar a las orientaciones que precise para realizar su investigación con idoneidad desde el punto de vista metodológico; además, se deduce otra forma de autocrítica cuando advierte la importancia de reconocer las limitaciones y los alcances de la investigación que se realiza, así como los riesgos de generalizaciones y aprehensiones fuera de contexto pues, aunque la investigación puede ofrecer información acerca del todo, no implica esto que su resultado conforme la totalidad del evento y del contexto de su manifestación.
Asimismo, Hurtado de Barrera (2012) instruye a los investigadores a orientar, dirigir, asesorar y asistir a otros colegas investigadores, pero desde el reconocimiento de las propias limitaciones relacionadas con el conocimiento específico que el asesor tiene del área o campo de estudio de la investigación que pretende orientar, y de esta manera la autora recomienda a estos investigadores asesores, apelar a la consulta a autoridades y expertos sobre el tema.
¡La resistencia estalla!
En el circuito eléctrico con bombilla las resistencias pueden estallar por superarse el umbral de la tolerancia de su material. Los investigadores también pueden estallar, a veces de ira, o cualquier otro pico emocional, como la tristeza o la sorpresa traducida en vértigo, pero también en síntomas que pueden llegar a paralizar el avance de la investigación o –en el peor de los casos- dañarla y por lo tanto al resultado de la misma y la contundencia del aporte con el cual se tendía a contribuir a la comunidad científica y al mundo todo.
Es parte del oficio del investigador como gestor de su propia investigación, que pueda estar atento a fomentar para sí los recursos que le permitan conducir efectivamente su resistencia, aumentar su tolerancia y de esta manera afinar su actitud hacia la investigación y hacia todos los factores y acompañantes que la potencian: su director de tesis, sus asesores, orientadores y comunidad científica.
Según Bompa (1999) la resistencia no solo afecta la capacidad de un atleta para mantener un esfuerzo sostenido, sino que también está relacionada con la capacidad de recuperación entre actividades o durante la competencia. La investigación a veces funciona como un deporte extremo y es importante que el investigador desarrolle la resistencia en los sentidos de la capacidad resiliente de recuperarse de caídas y extravíos, y seguir adelante, incluso con ideas más brillantes, alimentadas por la comprensión que se haya podido obtener por la transformación de la pérdida en conocimiento de sí y de su investigación.
El acompañamiento integral que se realiza desde Ciea-Sypal y saberinvestigar.com incorpora el alentar permanentemente al investigador a concientizar todas las dimensiones de la resistencia, para que siempre juegue a favor de su crecimiento personal y profesional, además y fundamentalmente a favor de su investigación.
Referencias
Barrera M, M. F. (2010). Modelos epistémicos en investigación y educación. Quirón/Sypal.
Bochner, A. P. (2001). Narrative’s virtues. Qualitative Inquiry, 7(2), 131-157.
Bompa, T. O. (1999). Periodization: Theory and methodology of training (4th ed.). Human Kinetics.
Bourdieu, P. (2001). Science de la science et réflexivité. Raisons d’Agir.
Creswell, J. W. (2014). Research design: Qualitative, quantitative, and mixed methods approaches (4th ed.). SAGE Publications.
Dietrich, A. (2004). The cognitive neuroscience of creativity. Psychonomic Bulletin & Review, 11(6), 1011-1026. https://doi.org/10.3758/BF03196731
Edison, T. A. (1880). Electric lamp (U.S. Patent No. 223,898). United States Patent and Trademark Office.
Feyerabend, P. (1975). Against method. New Left Books.
Goldberg, E. (2001). The executive brain: Frontal lobes and the civilized mind. Oxford University Press.
Hebb, D. O. (1949). The organization of behavior: A neuropsychological theory. John Wiley & Sons.
Hurtado de Barrera, J. (2012). Metodología de la investigación. Guía para la comprensión holística de la ciencia. Quirón/Ciea-Sypal.
Kuhn, T. S. (1962). The structure of scientific revolutions. University of Chicago Press.
Matveev, L. P. (1981). Fundamentals of sports training. Progress Publishers.
Popper, K. R. (1959). The logic of scientific discovery. Hutchinson.
2 respuestas
Buenas tardes!! Excelente el contenido de la resistencia del investigador.
Gracias por escribir temas interesantes.
Gracias 🙂