Estudiante universitario leyendo sobre kla comprension holistica

Implicaciones didácticas de la Investigación Holística

Publicado en Revista Magisterio Internacional N° 1. Febrero –Marzo, 3013
Bogotá, Colombia

 

Aplicación del ciclo holístico en la didáctica

El ciclo holístico de la investigación, si bien ha sido visto como una metáfora gráfica para representar los procesos metodológicos propios de la investigación y los tipos de investigación como logros sucesivos de un proceso, también representa, en cada una de sus fases, los procesos cognitivos y volitivos involucrados en el proceso de aprendizaje. A partir del ciclo holístico es posible percibir que el ser humano aprende a través de la observación, pero también a través de la reflexión, la imaginación, la acción, la valoración, la comunicación, y todos estos procesos son igualmente importantes.

 

Una manera de aplicar el ciclo holístico en el contexto educativo es propiciando, a través de diversas actividades didácticas, cada uno de los procesos que este contempla. El docente puede ir recorriendo con sus estudiantes cada uno de los procesos del ciclo, ya sea para aproximarse a un contenido, ya sea para precisar logros en el proceso, ya sea para evaluar un aprendizaje.

 

Un aspecto fundamental para que un estudiante pueda plantearse preguntas o enigmas es la exploración del entorno. Para ello es necesario reconocer y valorar la actitud exploradora y curiosidad del educando (García y García, 1995). La exploración del entorno puede hacerse a través de la observación, el diálogo, la reflexión, la acción y la lectura. Toda actividad didáctica debería empezar con un proceso exploratorio de contacto inicial con el material a trabajar, ya sea a través de una experiencia inquietante, de un diálogo que lleve a la reflexión o de una lectura que deje abiertas inquietudes y genere curiosidad. Es mucho más fácil escuchar y aprehender cuando la persona siente curiosidad y está preparada anímicamente para ello. También es preferible propiciar que los estudiantes formulen las preguntas y luego complementar las formuladas por ellos con otras que contribuyan a centrar la temática. La pertinencia de las preguntas que se formulen con respecto a los contenidos a estudiar dependerá de la pertinencia del material y las actividades utilizadas para la exploración. Es importante prestar atención a la pertinencia pues esto propiciará el logro de los objetivos de aprendizaje previstos. Es importante recordar que al ser humano le encantan los acertijos, el suspenso, la sorpresa, el descubrimiento, los juegos.

Otro aspecto importante es conectar las situaciones de exploración con los intereses, el contexto y las experiencias de vida de los alumnos. Además, la exploración le proporciona al docente la oportunidad de escuchar y comprender las posturas y nociones que los alumnos ya tienen acerca de diferentes cuestiones, y le proporciona ideas acerca de qué hacer para propiciar la reelaboración de esas nociones y el abordaje de otras comprensiones. En este sentido, García y García (1995), señalan que el explicitar las propias comprensiones contribuye a que los estudiantes alcancen mayor conciencia en relación con su manera de ver las cosas y lo prepara para reflexionar acerca de ello.

 

La descripción es el proceso inicial de pensamiento que se deriva de la observación. Bateman (2000) ha dicho a los docentes: «Primero las observaciones. Primero las descripciones. Muchos de nosotros dejamos de pensar después que tenemos la clasificación. De modo que guárdense la clasificación. Primero hagan que la gente mire, vea y describa» (P. 43). El docente puede, después de la exploración y la precisión de las preguntas a responder, presentar materiales o situaciones susceptibles de ser descritos por los estudiantes. En este caso la observación es más focalizada que en el caso de la exploración, pues ya hay preguntas concretas para responder.

 

La clasificación es un segundo nivel de descripción; implica agrupar objetos según sus características. Estas características permiten identificar cualquier objeto e incluirlo dentro de alguna categoría con otros objetos de similares características. Las características que permiten identificar un objeto se denominan características esenciales. Las personas desarrollan habilidades para reconocer objetos y situaciones por sus características esenciales (Kabalen y Sánchez, 1998).

 

Un tercer proceso es el análisis. El reconocimiento de características esenciales de los objetos requiere de procesos analíticos en los cuales el observador es capaz de abstraer y relacionar sinérgicamente aspectos de lo observado.

 

La comparación es un proceso que consiste en identificar pares de características semejantes y diferentes, para contrastar grupos o seres con base en esas características. Cada par de características corresponde a un criterio de comparación (Kabalen y Sánchez, 1998). La comparación se realiza como un proceso de contraposición de las características de los eventos para precisar similitudes y diferencias (Avendaño y Labarrere, 1989). Contraponer los objetos por sus características relevantes implica en primer lugar determinar lo relevante, y para ello se requiere de análisis.

 

Bohm y Peat (1998) han señalado que cuanto más diferentes son las cosas, más importante es descubrir en qué se parecen, y al revés, cuanto más parecidas son, más valioso es percibir sus diferencias.

 

La comparación es el proceso que prepara el surgimiento de sintagmas. Bohm y Peat (1998) conciben los sintagmas como metáforas creativas, que se van generando en un libre juego de pensamiento en el cual la personas comienza a encontrar aspectos comunes en teorías o conceptos aparentemente contradictorios o muy diferentes. Un ejemplo de ésto lo constituye el trabajo de Maxwell, quien llegó a su teoría del campo electromagnético en 1960 unificando fragmentos aparentemente incompatibles relacionados con el magnetismo y la electricidad, los cuales habían sido explicados hasta ese momento a partir de dos teorías totalmente diferentes.

 

El análisis implica la identificación y categorización de ciertas características de un evento y su reorganización en diversas pautas de relación para descubrir nuevas características o condiciones que no son evidentes. Esta nueva reorganización sinérgica permite generar interpretaciones o establecer juicios de valor. El análisis requiere de ciertos criterios que permiten reorganizar las características y servir de base para generar las interpretaciones; a éstos se les denomina criterios de análisis.

 

La explicación implica hacer inferencias, descubrir conexiones, relaciones, reglaridades. Inferir procesos: cómo se generó algo, cómo un evento llegó a ser lo que es. Inferir causas: a que se debe una situación; las inferencias son suposiciones. La relación implica establecer nexos entre características o situaciones. También tiene que ver con la argumentación, la cual consiste en la exposición del juicio o sistema de juicios por los cuales se fundamenta la conformidad con otro juicio o idea dada (Avendaño y Labarrere, 1989). La argumentación implica conectar ideas de diversas fuentes.

 

La predicción como proceso, tal como aparece en el ciclo holístico, no es otra cosa que la capacidad de anticipar situaciones y de imaginar que tiene el ser humano. Es importante potenciar la imaginación y la anticipación durante el proceso educativo: deducir las consecuencias de una situación, prever lo que podría ocurrir bajo ciertas circunstancias hipotéticas, construir cadenas imaginarias de sucesos, son algunas de las estrategias que un docente puede utilizar para incorporar estos procesos a su trabajo de aula.

 

Los procesos proyectivos también se apoyan en la imaginación, pero no para anticipar el curso futuro de una situación, sino para configurar escenas o situaciones no previstas. Implica contactar con los deseos, los propósitos, las metas, los objetivos; visualizar cambios insospechados para no conformarse con el rumbo de las cosas mientras permanecemos con los brazos cruzados. En el proceso educativo implica generar situaciones en las cuales los estudiantes puedan generar ideas nuevas, imaginar situaciones deseadas, plantearse metas y objetivos, desarrollar inventos, etc.

 

La aplicación implica desarrollar acciones y cambios en el propio contexto a partir de las comprensiones generadas a través de los procesos anteriores, requiere conectar el aprendizaje con la propia vida y transferirlo a otras situaciones. Cuando se está trabajando el aprendizaje de procesos o destrezas, la aplicación implica el llevar a cabo los procesos que se desean aprender.

 

La evaluación involucra valorar las consecuencias reales generadas de una acción, contrastarlas con los objetivos que se habían formulado previamente, estimar el logro de esos objetivos, precisar impactos y detectar consecuencias inesperadas, entre otras cosas. Algunos autores han trabajado los procesos evaluativos en el campo de la resolución de problemas y los han conceptualizado como «metacognición»: el darse cuenta de cómo se llevó a cabo el propio proceso de conocer, si ese proceso alcanzó las metas y cómo podría mejorarse.

 

Todo el tiempo las personas están vivenciando los procesos anteriores, describiendo su entorno, identificando detalles, comparando, relacionando situaciones, preguntándose y respondiéndose el por qué de las cosas, anticipando lo que podría ocurrir, deseando e imaginando lo que quisieran que ocurriera, planificando para alcanzar metas, desarrollando su planes y reflexionado y evaluando lo que hicieron y cómo hacerlo mejor. Forma parte de la vida.

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